Hola a todos

Hacía mucho que ya no hablaba de videojuegos con ustedes. No, la fiebre no se me ha pasado, es solo que ahora tengo como 10 juegos empezados y varios de ellos son largos y todavía no los termino. Pero, me di cuenta que no les he hablado de esas pequeñas joyitas que ya terminé y que me han parecido fantásticas. Hoy les traigo un juego de lo más surrealista y extraño que he visto en mi vida. Y miren que he visto cosas rara, pero este sí explotó.

El videojuego se llama «Katamari« (pueden ver el video de Youtube con todas las evoluciones del juego a través de los años, yo jugué la versión del 2004) pero me parece que es de esas cosas raras que no salen mucho, porque jamás llegué a escuchar a nadie hablar de él. En fin, la historia principal es que eres un pequeño príncipe. Tu padre destruyó accidentalmente las constelaciones, algunas estrellas, y la luna, y pues tu trabajo es reconstruirlas y en lo que estás en ello, pues aprovechas para encontrar tus regalos de cumpleaños, mismos que tu padre también aventó en la tierra y ya no sabe a dónde fueron a parar. Así de extraña está la historia, lo juro.

Entonces, para poder reconstruir las estrellas, tienes que rodar una bolita pegajosa que se llama katamari, y esta bolita va a ir acumulando cosas y se va a ir haciendo más grande cada vez. Si empiezas con una bolita de 1 centímetro, pues no puedes agarrar cosas muy grandes hasta que creces, pero si empiezas con una bolita de 30 centímetros, puedes comer cosas mucho más grandes. El caso es que, tienes tiempo, y la idea es que entre más crezca tu katamari se va a reconstruir mejor la estrella, vaya, tu katamari se va a convertir en la estrella.

Los primeros niveles son en una casa japonesa, y te vas comiendo tachuelas, cerezas, botones, cositas súper miniatura, pero conforme avanzas en los niveles, de repente te das cuenta que ya te puedes comer a las gallinas, y luego a los gatos y a los niños, la cosa se pone tan surreal. Creces y creces al grado que tu bolita ya puede comerse a las vacas, los coches, todos empiezan a gritar y a tratar de correr de ti porque te vuelves una amenaza, y puedes acabar con una ciudad entera. De hecho para reconstruir la luna casi te tienes que comer a todo Japón.

¡Es altamente divertido! Nada te mata, solo puedes perder si tu katamari no es del tamaño adecuado en ciertos niveles o no agarras cosas del tamaño que tienes que agarrar, pero son los menos. La mayor parte del tiempo te la pasas rodando el katamari tratando de que se pegue todo lo posible y es súper divertido cuando ya la gente empieza a correr de ti. Cada que avanzas de nivel te van contando un poco la historia de cómo desapareció la luna y cómo están tratando de recuperarla y ves como la gente se empieza a dar cuenta de que algo se los está comiendo.

Yo lo amé. Es de esos juegos que solo juegas por divertirte y nada más. Y donde que a mi me gustan las cosas extrañas, surrealistas e inexplicables, pues quedé encantada. Mi novio me dijo que él nunca lo pudo terminar pero a él también le gustan las cosas un poco más activas y con historia, yo en cambio era tan feliz comiéndome a todos que no paré hasta que me pude comer a Godzilla.

Carol GF(c)
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