Hola lectores

Hoy vengo a contarles de uno de mis libros abandonados, esos raros que empiezo a leer y me doy cuenta que sólo no son para mi. Esta vez le tocó a Arundhati Roy, una autora india que tenía muchas ganas de leer, estaba segura que iba a amar sus libros, y oh sorpresa…

«El dios de las pequeñas cosas» de Arundhati Roy: Abandonado aproximadamente en la página 100

Este libro está disponible en español con editorial Anagrama. Yo empecé a leerlo en inglés a través de mi biblioteca.

No sé cómo explicar este libro, digo, no que pueda explicar la historia, después de todo no la terminé, pero es que es de esos libros que empiezas, la historia es un poco confusa, no terminas de cachar qué está pasando, sigues avanzando y sigues perdido… y de repente te das cuenta que llevas 100 páginas y aún no sabes de qué va la historia. Así me sentí con Roy. Completamente perdida. No lograba aprenderme los nombres de los personajes, no lograba recordar dónde estábamos, saltábamos del presente al pasado sin mucho aviso (y miren que soy buena para saltos en el tiempo, leo muchas historias así y casi nunca me pierdo). Y llegó un punto de la historia que me puso tan incómoda, que tuve que parar. Les cuento hasta donde llegué.

Según yo, la historia se centra en dos hermanos gemelos, una niña y un niño (ya no recuerdo sus nombres). El libro abre con la familia, y de hecho en las 100 páginas que leí me mostraron muchos pedazos de la vida familiar, sí con una coherencia lógica, pero yo no entendía por qué me estaban contando todas estas cosas, y ya no llegué a averiguar si tenían un motivo. El caso es que los dos hermanos parecían ser muy cercanos, y luego se separan (tampoco recuerdo por qué, quiero decir que fue «el accidente», pero no lo juraría), y durante años no se ven, y cuando se vuelven a reunir, porque el hermano regresa a la India, regresa mudo y la hermana como que ya no logra conectar con él. Y entre esos cachos de que vez como se reúnen, te empiezan a contar el pasado de los gemelos, y te cuentan que hubo unos disturbios cuando eran chicos y aparentemente el hijo de uno de los sirvientes participaba en ellos, y el chico era amigo de los dos, pero ahí había algo de que a la familia no le parecía esa amistad, cosas así extrañas.

Recuerdo que la historia me dejó bien marcado que los gemelos y este chico eran amigos, y algo muy malo paso entre ellos tres. Y entre estas memorias de cuando son niños, hablan de un momento en que su familia se los llevó al cine, y por algún motivo el chico salió a pedir más soda, o dulces, o algo, y el tipo que los vendía le dijo que le iba a dar todo lo que quisiera «jugaba» con él. Y sí, ahí fue donde me puse incómoda, si pensaron mal con el «jugar» están en lo correcto. No lo viola, pero lo fuerza a darle un oral. Y el niño está como sacado de onda, porque nunca nadie le había hecho algo malo, y el señor lo hace sonar tan casual a cambio de los dulces que al principio accede pensando que va a ser algo normal, pero ya que sucede, sí se da cuenta que no lo es, que fue algo malo, y acaba tan asqueado que no puede volver a ver esos dulces en su vida, pero también tiene pánico de contárselo a alguien y se lo guarda.

Yo hasta ahí llegué. Soy demasiado sensible con estos temas de abuso infantil, y la verdad sí me ponen muy mal. Yo sé que suceden, sé que existen, tampoco voy a negarlos, pero no me gusta leer de ellos en ficción. Es algo que prefiero dejar relegado a las noticias, porque se me hace demasiado espantoso y horrorizante como para leer de ello cuando yo normalmente agarro libros por entretenimiento. La verdad, no sabía que se iba a a poner tan intensa esta historia, y no estaba preparada para ella, así que preferí dejarla. Después me puse a averiguar de qué iba, y suponiendo que no la hubiera abandonado entonces, igual la hubiera abandonado más adelante. No llega a ponerse mejor, es de esos libros que van en espiral, cada vez se pone peor, hasta que todo explota y acaba en tragedia. De una forma u otra, yo no hubiera podido leer este libro. No son temas fáciles para literatura, y sí creo que uno debe estar preparado mentalmente para historias así.

Carol GF(c)

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